Cinco relatos para empezar 2018

Inspirado por las entradas de Dani (Boy With Letters) y dado que soy un voraz lector de ficción breve, me apetece hacer una serie de recomendaciones (si mantengo el ritmo, periódicas) sobre ficción corta, en su mayoría relatos, que considero relevantes por uno u otro motivo. En este caso son 5 relatos de género fantástico que me han parecido extraordinarios y que he leído entre diciembre y enero.


Neven, de Laura Tejada
Comenzamos fuertes. ¿Os apetece ciencia ficción? ¿Existencialismo, cíborgs y androides? Laura Tejada nos presenta una historia protagonizada por una mujer algo obsesiva que, tras un robo en su casa, compra un androide para que se ocupe de vigilar y proteger el hogar. El androide resulta ser mucho más de lo que la protagonista esperaba y, bueno, pues las cosas se lían. A destacar el cuidadísimo estilo de la autora en este relato: directo, sin medias tintas, escuetas descripciones que dicen mucho y una preocupación importante por el ritmo. Es un relato oscuro, con tintes macabros y que da varios giros de guion que yo no me esperaba. Podría ser un estupendo guion para Black Mirror.




Azul, de Cris Melgosa
Uno de esos relatos que nada más terminar, piensas, ¿y ahora dónde está la novela que acompaña a este relato? ¡Quiero más! Cuando lo terminé lo primero que me vino a la cabeza fue: me hubiera encantado escribir algo así. Y es que el relato de Cris Melgosa me revolvió cierta inquietud artística. Pero vamos al relato. Mitos, leyendas y una trama muy interesante. Mejor no os cuento más ya que es bastante breve. El texto tiene una aura de magia, de fantasía, de sentido de la maravilla que te dan ganas de sumergirte de lleno en las palabras. Es asombrosa la estupenda atmósfera que genera todo el relato. Cómo los personajes y las palabras cristalizan de modo que te olvidas que estás leyendo, algo que ocurre en pocas ocasiones. Un texto muy breve y estupendo para pasar una tarde con una buena lectura de las que no se olvidan.


Granja-357, de Míriam Iriarte (I Premio Ripley)
El relato ganador del I Premio Ripley es abrumador. Míriam Iriarte nos cuenta la historia de unos seres que pueden convertirse en cualquier forma o ser vivo y que además comparten conciencia. De vez en cuando estos seres se vuelven humanos y hay que acabar con ellos deprisa, pues pueden aprender, y pensar. Una mezcla entre The Thing de John Carpenter y Rebelión en la Granja de George Orwell este relato es una maravilla. No solo el estilo está cuidadísimo al extremo, sino que presenta una trama compleja, brutal y descarnada. Visceral y violenta. Los pasillos de la cárcel del personaje principal son sofocantes, el agobio es la atmósfera de todo el relato. Una lectura en la que no puedes dejar el relato a medias pues debes saber cómo termina, qué ocurre con los personaje. Qué ocurre con nosotros. Lo cierto es que es un relato potentísimo y que da para debate. Uno de los mejores relatos de ciencia ficción escritos en español que he leído en años.


Los relatos de brujas, folklore o de fantasía rural me alucinan. Y me da que muchos no hay (que yo haya leído, Intemperie, de Jesús Carrasco), aunque ahora podemos encontrar la antología No son molinos publicada en Cerbero. Al caso. Este relato está ambientado en un pequeño pueblo rural en el que, por supuesto, hay una curandera, una bruja. Pero las cosas comienzan a torcerse en lo que parece un apacible y común día en el campo cuando cae la noche. Esa noche. Lo que más me ha llamado la atención de este relato que abre la antología Grimorio 13 es el impecable estilo de Enerio Dima. La narrativa de la autora usa multitud de localismos y expresiones dialectales que cristalizan formando un relato con muchísima personalidad y fuerza. Las protagonistas del texto son memorables. Mujeres fuertes, aguerridas, con defectos, con dudas. La trama, además, me ha recordado a los textos de Gabriella Campbell y José Antonio Cotrina. Terror, magia, leyendas y oscuridad. He disfrutado muchísimo de este texto, y aunque me quedan todavía unos cuantos relatos por terminar de la antología, La valentía de la Zompa me parece excepcional.


En el confesionario, de Amelia B. Edwards (El carruaje fantasma)
Amelia B. Edwards es todo un descubrimiento para mí. Gracias a La Biblioteca de Carfax podemos disfrutar de este volumen de relatos traducidos por Alberto Chessa. En este texto los protagonistas acuden a la iglesia de un pequeño pueblo de Suiza donde descubren un crimen bastante macabro que atormenta a los pueblerinos. Pero quizá el más afectado sea un viejo sacerdote martirizado por temas como la fe, la cordura, la paz o el descanso. Los textos de Edwards son cuentos de fantasmas de esos donde el elemento sobrenatural se sobrentiende y se acepta como tal y no como, bueno, un "elemento externo como recurso narrativo", este relato es una delicia. Matices y detalles hacen de esta antología una lectura obligada para todos los que gusten no solo de cuentos sobre fantasmas, sino de una lectura escalofriante bajo la mantita en el sofá. 

Comentarios

  1. ¡Oh mola! Cuanto más mejor. Neven me gusto mucho, pero ya sabía de lo que Laura era capaz. Tengo Azul en el kindle desde hace un tiempo, tengo que leermelo. Tanto el I Premio Ripley como Grimorio 13 tengo ganas de leerlas, así que espero darle caña este año con el reto #12meses12antologías. Y el de Edwars pues es justo mi elegida para leer este mes de enero, así que ya contaré :)

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    1. Ya verás como Grimorio 13 y el Premio Ripley te gustan. Espero verlos por tu blog pronto. Yo termino el de Edwards hoy mismo, a ver si cumplo y consigo tener la reseña pronto.

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  2. Hola :)
    Me encantó La valentía de la Zompa, fue mi favorito de Grimorio 13. Échale un ojo a No son molinos, que Enerio también tiene un relato publicado allí y mola lo mismo. Y la calidad de los relatos de la antlogía es bastante alta, en general.
    Tengo el I Premio Ripley esperando en la pila, y la verdad es que muchas ganas de leerlo. Solo he leído el prólogo de Elia Barceló y Androidismo en el tiempo.
    Me apunto el resto, que no los conocía :)
    Un saludo!!

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    1. Sí, tengo No son molinos en el punto de mira. A ver si cuando baje a Barcelona me hago con el libro. ¡A ver qué te parece la antología del Premio Ripley! A mí me pareció genial, con un nivelón de 10.

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