El Círculo de Jericó de César Mallorqui [Reseña]


Hace una semana me fui cuatro días de mini-vacaciones a la provincia de Girona ya que nunca había estado allí. Por twitter pedí que alguien me recomendara un libro ambientado en el lugar o adecuado para leer por la zona norte de Catalunya. Eloi Puig (@eloikraken) Susana Vallejo (@susanavallejoch) y Mariano Villareal (@literfan) me recomendaron la misma obra, un fix-up llamado El Circulo de Jericó, escrito por Cesar Mallorquí.

No puedo estar más agradecido.



La obra es un fix-up. Una antología de relatos que se conectan unos a otros a través de una trama central. Por poner un ejemplo Hyperion es un fix-up. Por lo que he podido descubrir se trata de relatos de los años 90 de Cesar Mallorquí publicados en diversos fanzines de la época. Por lo que lo relatos no tienen ningún tipo de conexión entre ellos si no contamos con la trama central.

La ermita de Santa Margarida, en el cráter del volcán homónimo.

Empecé a leer el libro en Banyoles, en mi primera parada, junto al estanque homónimo. Hacía un sol espléndido y la orografía se iba acercando a lo que Mallorquí cuenta de sus personajes principales. Un escritor bloqueado decide darse unas pequeñas vacaciones en Olot junto a su hija y su mujer. Una vez allí deciden ir a una excursión a la zona volcánica de Olot (parque natural dónde se encuentra el bosque de La Fageda, hermoso por cierto) y la hija decide ir al volcán Santa Margarida (me niego a poner MargariTa). Por cierto, al final de esta reseña tenéis un vídeo donde os muestro el lugar.

Una vez allí descubren a un grupo muy extraño de personas alrededor de una especie de piedra o dolmen, junto a una ermita muy antigua. Estos son de lo más variopintos y suscitan la desconfianza del protagonista. Pero de pronto se pone a llover de una forma torrencial y deciden ir a refugiarse a un chalé que hay justo en la ladera del cráter (existe).

Después de leer esta introducción, u octavo relato; pues me quedé antes de la primera historia, hice una pequeña excursión yo mismo al volcán de Santa Margarida para comprobar que tanto la ermita como el chalé existen. La piedra si existía ya no está. El lugar es muy hermoso y evocador y creo que eso me caló profundamente. Aquella noche, estirado en un sofá, con una manta y junto a un fuego y con un vino en la mano empecé los relatos que contaban los siete integrantes del Círculo de Jericó.

El escritor la muerte y el diablo es quizá el relato más flojo de toda la antología y aún me pareció bueno. Es una reinterpretación de fausto y el pacto con el diablo para conseguir un don. Un buen comienzo. Creo que en este caso, ha estado bien poner el más flojo primero, lo que viene a continuación es sorprendente.

El rebaño trata de un futuro post-apocalíptico y un perro. Un perro pastor que sigue cuidando de su rebaño de ovejas porque eso es lo que ha hecho toda su vida. Además hay una historia en paralelo sobre un satélite con una IA levemente desarrollada. Una historia que personalmente me caló hondo, pues hace poco mi amigo canino murió y llevo su recuerdo a flor de piel. La ternura que sentí con este relato es indescriptible y recuerdo que tardé en leerlo pues hay pasajes que son realmente tristes. Además me parece enormemente original plantear el concepto de esta historia desde el punto de vista de un can, en vez de un humano, pues la percepción a pesar de que es diferente, me pareció bastante igual. Me explico: el perro también sufre la soledad y la escasez de alimentos, tal y como lo haría un personaje de McCarthy.

El mensajero perdido narra la historia de Gedeón Montoya, un curioso gitano que el día de su nacimiento un mensaje enviado por una sociedad alienígena impacta por error sobre su cabeza, descargando en el cerebro del gitano una cantidad de datos abrumadora. Además le convierte así en un receptor de datos inmenso, pues tiene la capacidad de viajar mentalmente por todo el universo conectando con cada molécula del mismo. Lo único que no me gustó de este relato fue la historia paralela y la extraña y poco creíble historia de amor. Además el relato empieza de forma estupenda pero se desinfla a lo largo del mismo. “¿Stonhenge? Really?”

La pared de hielo es una historia especulativa dónde el protagonista, un científico que trabaja para una gran multinacional de bioingeniería nos cuenta por medio de flashbacks su experiencia en la misma. Un relato totalmente castrista y que especula con las posibilidades de, en este caso concreto, modificar la memoria y los recuerdos de la gente. A pesar de que los aspectos científicos no los acabé de entender (y eso que tenía junto a mí  a una bióloga molecular y bioquímica que me lo explicó todo pacientemente) me impresionó bastante el relato. Uno de los mejores de la antología sin duda. El final del relato me ha parecido demoledor y muy sorprendente. A pesar de que se puede intuir, debido a una pistola de Chéjov, qué ocurrirá, estaba tan absorto en la lectura que la sorpresa se adueñó de mí.

Materia Oscura ha sido quizá el relato que más me ha gustado por dos razones, una de ellas ajena al propio relato. Sin poder evitarlo construí una analogía entre los pchapchá, la tribu del amazonas de este relato y el de Hoyt y los indígenas del planeta Hyperion, el primer relato del libro Hyperion de Dan Simmons. Una historia divertida y enigmática a partes iguales. Creo que el sentido de la maravilla está guardado entre las páginas de este relato.

El hombre dormido tiene dos líneas argumentales (algo común en los relatos). Un laboratorio que investiga sobre el sueño. Otra vez encontramos especulación científica con numerosos tecnicismos que me superan. Los extraordinarios descubrimientos del laboratorio van a ir tornando un aire religioso y espiritual. El final, a pesar de no ser muy sorprendente, es muy efectivo y funciona perfectamente con la narración. A veces algo difícil de entender, este relato se puede hacer algo lento.

Éste es el chalé donde suceden las historias.
Y llegamos al séptimo y último relato: La casa del doctor Pétalo. El relato más largo de toda la antología pero que en mi opinión no le sobra ni una sola página. El relato trata el tema de los portales temporales, las dimensiones paralelas, singularidades, lugares donde el tiempo y el espacio carecen de sentido para nosotros… Y por medio una historia de amor bastante atípica que no se hace pesada ni cae en la moñería en ningún momento. Un relato bastante curioso donde creo (y repito que creo) se hace un guiño a Borges. Si alguien puede confirmarlo…

El libro se cierra con el final del octavo relato, la trama central que une los otros siete y aunque no está mal, no llega ni mucho menos al nivel del resto de relatos que son impresionantes y además están perfectamente estructurados.

Mallorquí tiene en esta obra un estilo muy personal, un lenguaje engañosamente sencillo y muy efectista, utilizando con precisión las palabras en su lugar adecuado para mantener un ritmo muy estable (a veces in crescendo). Creo que para ser un libro con bastantes años, ha envejecido bastante bien tratando temas que todavía suscitan interés literario y que podrían considerarse totalmente actuales.

Ciencia ficción, humor, originalidad, sentido de la maravilla e historias que marcan es lo que yo he encontrado en esta obra que por suerte he podido leer en un lugar inmejorable. Os invito a acercaros a un libro que parece olvidado pero que estoy seguro que en el momento de su publicación dio muchísimo de lo que hablar. Una verdadera lástima que Mallorquí, para poder vivir de escribir tuviera que pasarse a la literatura juvenil y dejara el lado oscuro.

Os dejo  con  un vídeo que grabé allí. Una mini-reseña donde os enseño el emplazamiento del fix-up.

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